martes, 8 de diciembre de 2009

DICIEMBRE

La llegada de las vacaciones de fin de año eran quizás el evento mayor dentro de nuestras mentes juveniles.

Alegres para los que habíamos "ganado" el año y con ciertas consideraciones y limitaciones paternales para los que no, las vacaciones de Diciembre traían un aire de jolgorio.

Desde el alumbrado, acompañado por la celebración de las Fiestas de nuestra patrona, la Virgen de la Inmaculada, diferentes actividades comenzaban a darle el toque de alegría a las vacaciones.

El siete de Diciembre esperábamos todos, además del alumbrado, los siempre famosos Fuegos Artificiales de los polvoreros de Aguadas. Amarillos chorros de luz subiendo hacia el firmamento para reventar en brillos multicolores, voladores y granadas iluminando la plaza entre los gritos de la multitud. Castillos girando vertiginosamente, lanzando lumínicos colores a todas partes.

Chiquillos corriendo tras el paracaídas o el palo del volador y todos esperando el mas importante evento de la noche: "La Vaca Loca".
Sobre un armazón de madera con ruedas y un soporte que permitiera conducirlo como una carretilla, afirmado con alambres, la cabeza de una vaca, relleno su cuerpo con pólvora era la atracción principal de la celebración.

Lanzando tábanos y sirenas a todos lados, reventando papeletas y tacos, la Vaca Loca era llevada por alguien alrededor de la plaza lo que obligaba a todo el mundo a replegarse hacía las aceras y cuando llegaba a su lado, a buscar refugio en los negocios adyacentes. La gente corría a guarecerse y los chiquillos en loca carrera detrás del artefacto, caían a veces o recibían en su humanidad los quemonazos de una sirena sin dirección.

Después de las fiestas del Alumbrado, llegaban las novenas al Niño Dios.

En la Iglesia, diariamente se iban escenificando cada uno de los pasajes que representaban el pesebre.

Como era tradición, nuestras casas abrían su espacio para la elaboración en familia del pesebre y el rezo de la novena, adicionalmente comprábamos los pliegos de papel de seda en colores y elaborábamos nosotros mismos nuestros globos, hoy prohibidos.
En Aguadas se organizaban Novenas Bailables.

Después del obligado rezo de la Novena en la casa, algunas personas organizaban en sus casas o en diferentes sitios su personal novena.

Se recogía un aporte entre los participantes que, generalmente pertenecían a un mismo grupo de amigos, y después de rezada la novena, se armaban las fiestas con natilla, buñuelos, licor y baile incluido. Cada día se cambiaba de sitio y de plato principal, de los tradicionales buñuelos y natillas se pasaba a las empanadas y a medida que llegaba el Veinticuatro, a tamales y chorizos.

A partir del Veintidós de Diciembre, llegaban los visitantes.

Desde el veinticuatro de Diciembre comenzaba la más alegre semana de fiesta y parranda que terminaba con la celebración de fin de año el Treinta y uno de Diciembre.

Las discusiones con nuestras amigas de Aguadas, y con nuestros amigos por querer estar con la misma amiga visitante, las carreras para coger mesa en los griles, los "sobornos" a los meseros para que las guardaran, los empujones de los danzantes en una pista como una moneda, los cobros de vales anteriores, el ruego para que nos vendieran una botella de Aguardiente a los "casi" mayores, las decepciones amorosas, las peripecias para conseguir la plata que faltaba para entrar a la amiga al baile con orquesta, la recolección de plata entre todos los de la barra, el pedido del permiso a la mamá de la amiga para poder estar hasta tarde.

¡ Vacaciones de pueblo, inolvidables vacaciones !.

martes, 30 de junio de 2009

HOMENAJE A DON LUIS CARLOS RODAS

CANCION DE CUNA

Duérmete mi niño
como el leoncito
que alegre se duerme,
cuando se ha comido
el lindo cabrito.

No llores y duerme,
que mamá, si puede,
te trae, aunque sea,
poquitos de leche del niño que cuida.

Duérmete tranquilo,
no sueñes mi niño
con cosas muy grandes...,
que al pobre le tocan
las sobras de sueños.

Oscar Eduardo López Estrada (En Amoristmos)

Diario La Patria, junio de 2009.
La muerte por hambre del anciano Luis Carlos Rodas, de 89 años, en Pácora, es una muestra de la insensibilidad de algunos, principalmente en la función oficial, frente a la realidad de las dolencias de quienes tienen derecho a que el Estado los proteja y atienda debidamente. La víctima de esta negligencia padecía a consecuencia de incapacidades para vivir sin ayuda. Y murió de hambre. En su pueblo eran conocidas sus limitaciones pero el Estado no hizo lo necesario para garantizarle tratamiento médico que paliara su sufrimiento. Una historia que el tiempo calificará principalmente en condiciones médicas desatendidas. Valdría una reflexión general, es decir entre autoridades y ciudadanía, para prevenir hechos tan penosos como este.

domingo, 21 de junio de 2009

MAS CERCA DEL CIELO

“Aguadas, Agosto 20 de 1930. Hoy nueve y treinta ante emocionado público, voló sobre esta ciudad avión ciento siete (107) despertando júbilo indescriptible, por ser primer acontecimiento esta naturaleza registrase aquí. Ignorase procedencia, nombre piloto. Intentó aterrizar, pero falta campo impidióle. Corresponsal.”





Así comentaba en el Diario La Patria de Manizales su corresponsal sobre el primer vuelo de Avión sobre Aguadas y que yo sepa, nunca hubo pista de aterrizaje allí, y en esos días debió estar haciendo un esplendoroso día sin neblina para que pudiese ver el aparato.

Aunque siempre se habló de construir una en la vereda El Edén, lo único que conocimos en nuestra época fue el PLAN DE SAN VICENTE.

Llamado así por ser propiedad de la Sociedad de San Vicente de Paúl, el Plan de San Vicente era una explanada sin vegetación en donde las gentes del Barrio El Paraíso tenían su cancha de fútbol y su lugar de recreo. Tenía dos accesos, uno por El Paraíso, en la salida para Pore, y otro por detrás de la Virgen de Chagualo. Por este sitio, después de bajar y atravesar la Quebrada del Bollo, lugar de desagüe de las alcantarillas de Aguadas, se erigía una pendiente que escalábamos los muchachos para llegar al plan.

No era sitio de juego para nosotros, pero en algunas fechas se convertía en el lugar mas importante para los curiosos que nos arremolinábamos ante los eventuales aterrizajes: Era el "Helipuerto" de Aguadas.

Rompiendo la bucólica rutina, de vez en cuando aparecía sobre los cielos de Aguadas un helicóptero que, trayendo a un personaje importante o transportando y recogiendo valores para los bancos existentes en ese entonces, revoloteaba varias veces por los aires del pueblo para ir a posarse al Plan de San Vicente.

Todos corríamos hacía allí. Hombres, mujeres, niños, atravesábamos las calles de Chagualo para ir a "noveleriar" la llegada del aparato con tan mala fortuna para algunos que, después de las peripecias de bajar hasta la Quebrada y luego subir al Plan, veíamos con tristeza que el aparato remontaba de nuevo los cielos, esta vez para perderse hacia el horizonte, dejándonos sin la oportunidad de curiosear un poco.

Cuenta mi abuela Virginia Gutiérrez Londoño, que en varias ocasiones asistió en la Plaza de Bolívar de Aguadas al espectáculo de ascensión en globo de Antonio Guerrero.

Heredero de ese ímpetu circense de los mexicanos y experto, no sólo en las artes de la aeronáutica sino también de la acrobacia en trapecio, José Antonio Guerrero llegó de México a Colombia y se hizo famoso transitando por todos los pueblos y ciudades con su globo de tela, según el relato de mi abuela Virginia, en la plaza de Aguadas organizaban un inmenso fogón con leña.


Desde las primeras horas de la mañana, Antonio Guerrero comenzaba su labor de inflar con el humo de la fogata un gigantesco globo que ataban con grandes sogas y estacas al suelo y que a medida que se inflaba, tomaba mas fuerza.

Mientras realizaba el inflado, Guerrero recogía dinero entre las personas que asistían a las misas y esperaba a la misa mayor de 12 del día para empezar su ascensión y sus peripecias.

A la salida de misa, con la ayuda de varios hombres, Antonio Guerrero se ataba de las muñecas al globo mientras que a su orden, los que sostenían, soltaban las sogas de las estacas y empezando su ascensión, Guerrero realizaba planchas, molinetes y toda clase de maromas.

Dice mi abuela que algunas veces el viento lo llevaba hacía Aguasclaras y otras veces las fuertes ventiscas le ayudaban a terminar su vuelo en La Palencia.

Si bien, mi abuela no recuerda las fechas exactas, se conocen en Medellín algunas crónicas de la ascensión de Guerrero en 1875 en el Parque de Berrío.

Posteriormente su hijo, Nolasco Guerrero, siguió la tradición de su padre y acompañado de Manuel Salvador Acosta, (Salvita), de Medellín, realizaba ascensiones en varios pueblos del país.

Julita Restrepo que vivía en La Cuchilla, bajando para la Vana, era familiar de la esposa de ANTONIO GUERRERO.

Vídeo: Fotografías de la ciudad de Manizales (Colombia) tomadas por el Arquitecto Miguel Angel Aguilar Gómez con una cámara montada sobre un zepelín.

domingo, 31 de mayo de 2009

RECUERDOS DE COLEGIO


Comencé mis estudios secundarios en el Colegio Francisco Montoya de Aguadas, en su antigua sede de la Calle de la Cuchilla cerca al Cuartel de Bomberos. Allí pasé mi primer año ya que a poco de llegar, el proyecto de la nueva edificación enseguida del Hospital estaba en marcha bajo el dinámico y sin descanso trabajo de Marino Gómez Estrada.
Desde que cursaba mis estudios primarios, el Colegio Francisco Montoya era parte integral no sólo de los sueños de mayores sino también el centro de toda actividad cultural y deportiva del pueblo.

Las veladas culturales con grupos musicales creados por profesores del mismo Colegio, las representaciones de obras de teatro, los grandes partidos de Básketbol tanto del campeonato interno del Colegio como del Municipal y los grandes intercambios culturales y deportivos con los Municipios vecinos. Allí vimos jugar aguerridos partidos entre equipos Aguadeños famosos como ESPARTACO, el de mi tío Diego Estrada Gutiérrez y sus compañeros.

Recuerdo su gran patio de recreo; que además era el sitio de formación de todos los grupos y cancha para Educación Física y deportes; los baños en uno de sus costados con el tradicional olor a orines que a veces llegaba hasta los salones, el pequeño pedazo de tierra a un lado del patio que servía para que los muchachos de Primero y Segundo, todavía jugando a ser niños en una transición hacia mayores, jugáramos "libertad y bolas". Sus salones que daban al patio que mas parecían sótanos y el largo corredor del segundo piso con los salones tradicionales para los grupos superiores, todo delimitado por un gran "enchambranado" que permitía la visión hacia el patio.

Hacia la estación de bomberos, el Colegio se unía por un oscuro pasaje con la antigua edificación del Hotel Departamental donde hoy funciona la Casa de la Cultura.
Era otra construcción que para nosotros traía entre sus recovecos las mejores posibilidades para jugar a las "escondidas" y crear las más fantasiosas historias que entre sus cuartos y escaleras oscuras nacían. Y en alguna época, con gran curiosidad, nos tocó conocer allí a varias familias de Norteamericanos de la Organización "Cuerpos de Paz" que con un zoológico ambulante de loros, guacamayas y micos, estuvieron en Aguadas en cumplimiento de su trabajo.

En la vieja construcción del Colegio sólo estuvimos el año Primero conjugando educación y juegos con profesores como Don Libardo Monsalve, Don Leo Betancurt, Don Luis Eduardo Alzate, Don Alberto Buriticá y otros, así como con compañeros como Hector Fabio Marín Cardona, Humberto Botero Arcila, Gilmer Gallego, los Paniagua ( Diego y Luis Fernando ), Jorge Alberto Orozco, Diego Giraldo Gaviria, que transmitía la Vuelta a Colombia improvisando dos asientos como transmóvil y cuya afición lo llevó a ser hoy una de las voces del comentario Deportivo mas importantes del país, su hermano Alberto, "amplio" conocedor de Astronomía, Horacio Sánchez Estrada, Manuel Gómez, Carlos Alberto Restrepo, Gilberto Sánchez, Pedro Javier Misas Hurtado, Jorge Ivan Mejía, Carlos Carmona Valencia, Jorge Hernán Gómez Tobón, Jorge Hernán Chaverra, con quien conocí los secretos de la industria de la Iraca en su empresa familiar, Leonel Nieto, Cesar Augusto Duque Gaviria, Diomedes Gutierrez, que a pesar de su limitación, nos ganaba a muchos en el Salto alto, Cesar Augusto Gaviria y muchos mas compañeros cuyos nombres ya no recuerdo que llegábamos de las Escuelas Primarias.
Luego, comenzamos una nueva vida estudiantil en las modernas instalaciones del Colegio enseguida del Hospital.
Marino Gómez Estrada, sin lugar a dudas fué baluarte esencial durante muchos años no sólo de la educación en Aguadas sino también de innumerables obras como Concejal, Gerente de Entidades bancarias y del Estado, Cooperativista, Alcalde de Aguadas y Miembro de numerosas instituciones de Aguadas. Su dinamismo lo llevó a terminar su carrera de Ingeniero Civil en la ciudad de Manizales, sobresaliendo ante estudiantes jóvenes que el día de recibir su grado, aplaudían en el Auditorio de la Universidad Nacional al inolvidable Marino. Su tenacidad dio pie para que las nuevas edificaciones del Colegio, que hoy con justa razón lleva su nombre, comenzaran a tener no sólo las modernas instalaciones sino también a ser partícipe de las grandes realizaciones educativas, sociales, deportivas y culturales en el contexto de Caldas y el país.

Casi todos los alumnos de esa época podemos decir que pusimos un grano de arena en su construcción. No sólo en las clases de Educación Física sino también en una bien coordinada acción los Sábados y días de fiesta, nosotros con la ayuda de los trabajadores contratados fuimos echando las bases de nuestro Colegio a punta de pala y carretilla en un trabajo de "convite" que dio nacimiento a las nuevas instalaciones.

Las planchas de cemento de la Cafetería y de las oficinas, los terraplenes para los salones, el trabajo de adecuación de las canchas y la siembra de árboles en su contorno tuvieron como mano de obra nuestro esfuerzo y el de todos los grupos del Colegio que en esa época hacíamos la transición hacia la nueva edificación.
El 23 de Mayo de 1971 fueron inauguradas las nuevas instalaciones del Colegio con una sobria ceremonia.

La principal característica del nuevo Colegio era lo espacioso de sus instalaciones y el ambiente campestre que lo rodeaba lleno de naturaleza por todos los lados. Resaltaban los bloques sobre las verdes montañas del Alto de la Virgen y la Quebrada que atravesaba entre sus pliegues.
Teníamos espaciosos sitios para jugar, practicar deportes o solamente sentarnos a conversar. El estadio Olivares a un lado permitía adicionalmente la posibilidad de estar continuamente realizando nuestros partidos de fútbol y la adicionada pista de atletismo nos permitía a los amantes de este deporte la práctica constante. Allí, pudimos conocer nuevos deportes como los saltos que con la adecuación de fosos en las canchas, vieron aparecer grandes participantes.

En la clase de Educación Física, muchas veces debíamos ir corriendo, en pruebas de resistencia, hasta los tanques del agua situados en la parte alta del Estadio Olivares, mientras que, reloj en mano, Rubio Arturo Cardona nuestro profesor de esta disciplina, esperaba en el Colegio para ponerle "uno" al que llegara de último.

Día a día, los que vivíamos en el centro realizábamos la caminada hasta el Colegio cuatro veces. Era un desfile de todos con nuestros libros hacia el Colegio; no era cansón, nos íbamos en "barras" conversando y molestando por la Calle Real y luego subíamos por la Avenida hasta la Casa Roja para llegar al Colegio en donde, generalmente en la mañana éramos "formados" en la gran explanada principal para recibir, bien información sobre actividades del Colegio o reprimendas de Marino Gómez, rector de ese entonces, Rubiel Trujillo el Vicerrector y Antonio Orozco, el prefecto de disciplina.



Las aulas con sus espaciosos ventanales, los corredores anchos y limpios, brillando sus baldosas por el Aseo del fin de semana; que nos tocaba por grupos, sobre todo a los inferiores y los nuevos pupitres sin cajones que ya no permitían colocarles candados para guardar los secretos y los libros que llevábamos sumados a las algarabías de todos llenaban los días estudiantiles.

El mini-zoológico creado por Marino Gómez que rodeaba parte de la explanada, nos permitía ir en el recreo a molestar a "Bartola" una mica araña, principal atracción del zoológico que con sus ataques de furia, hacía las delicias de todos nosotros.
Los talleres del Instituto Técnico adscrito al Colegio también donde los de Bachillerato académico recibíamos instrucción de Mecánica, Fundición, Electricidad y Dibujo Técnico hicieron también parte de nuestras actividades en el nuevo Colegio.
Fueron muchos los juegos de Ajedrez y ceniceros en aluminio que fundimos en el Técnico y que luego pulíamos y pintábamos en Mecánica así como los timbres y abridores eléctricos de puertas que fabricamos en las clases de talleres.

Los juegos de ajedrez permitieron asegurar la medida que después fue impuesta en el Colegio, -nadie que no supiera los rudimentos de este juego ciencia podía ganar Educación Física-, lo que generó una fiebre de ajedrez tanto en hombres como en mujeres pues a esta altura el Colegio era ya completamente mixto.
Bajo la rectoría de Marino Gómez, el Colegio comenzó una etapa de dinámicas actividades en esa época.

La llegada de profesores especializados inculcó en nosotros la posibilidad de crear nuevos espacios de comunicaciones que hicieron del Colegio no sólo una fuente de saber educativo sino también el centro de acciones Culturales, Deportivas y Sociales.
Los grupos de estudiantes intelectuales liderados primero por grupos superiores en donde recuerdo al dinámico y siempre gran artista Aníbal Valencia, Gustavo Adolfo Jaramillo, Cesar Augusto López, María Virginia Jaramillo, Nicolás Gómez Estrada, Marino Jaramillo, Gloria Mercedes Estrada, Luz Marina Ramírez, José Sánchez y muchos mas que nos dejaron a nosotros esa activa influencia que luego dio pie para la creación de Centros literarios, periódicos como nuestro "Inquietudes" de circulación "internacional", pues llegaba a algunos Aguadeños amigos en Canadá, Estados Unidos y Francia y grupos culturales con los cuales hicimos presencia algunos de nosotros como Alfonso López Gutiérrez, Juan Pablo Mejía, Marino Jaramillo.

Los equipos de básketbol que llegaron a ser grandes participantes en los torneos Intercolegiados aún a nivel del país con grandes jugadores como Oscar Jhony Duque Estrada, Germán Darío Estrada Zuluaga, Carlos Alberto Marulanda Pelaez, Juan Guillermo Sáenz Jaramillo, Cesar Augusto Jiménez, Diego Ospina y muchos mas que se pierden en la historia y que por no mencionarlos no dejan de ser grandes dentro del recuerdo de las actividades deportivas del Colegio.

Las semanas culturales del Colegio eran otra gran actividad que no solo animaba a todos los estudiantes sino también a Aguadas en general.
En medio de un derroche de actividades donde se cultivaban todas las artes y se organizaban torneos deportivos, la celebración de la Semana cultural del Colegio vino a continuar la perdida tradición cultural de Aguadas.

Concursos de Poesía, Teatro, Artes Plásticas, Cultura general, Declamación, Ensayo, Cuento, Canto y otras así como la intervención de especiales grupos y personajes llegados de otras partes, daban a esa semana un aire renovador, altamente intelectual, rompiendo las actividades comunes del Colegio y del pueblo.

Allí hice mis primeros pinitos como cantante, como pintor y como escritor acompañado por amigos queridos como Horacio Sánchez Estrada, hoy gran Médico asentado en Manizales, quien se convirtiera, gracias al " animo " de nosotros sus amigos, en gran experto en las canciones del cantante argentino Yaco Monti; Silvia González, excelente declamadora de mis poesías. Pedro Javier Misas Hurtado compañero de juegos y canciones y Cesar Augusto Gaviria, cantando las siempre recordadas canciones españolas de Joselito y al cual nunca le pudimos ganar ninguna confrontación por esa voz bonita y bien cuidada que tenía.

Mi gran amigo José Jesús Jaramillo Domínguez, inconforme artísticamente, creando esculturas de alambre, dibujando sus caricaturas o llenando de colores sus cubistas y surrealistas pinturas. Jorge Alberto Orozco Gómez, consiguiendo madera de triplex para sus pictóricas obras y tantos otros que hoy hacen parte de esa juventud llena de arraigo pueblerino.

Es importante resaltar aquí que en esta época, se celebró en Aguadas el Primer Centenario de la Educación Secundaria Aguadeña.
Mediante acuerdo número Uno del 31 de Diciembre de 1873, el Concejo de la ciudad, creó el Primer Plantel de Enseñanza Secundaria; que además fue el primero Oficial en el Departamento; comenzando labores el Primero de Febrero de 1874 bajo la dirección de don Jesús Villegas, descendiente del fundador Villegas. Clausurado, igual que otros colegios del departamento, durante la Guerra Civil de 1876, inició de nuevo labores años mas tarde. En 1953, entregó sus diplomas a los Primeros Bachilleres.
Heredero de la tradición educativa, el Colegio Francisco Montoya celebró con actos especiales esta efemérides en 1974, realizando el Primer Congreso de exalumnos del Colegio y de Profesionales Aguadeños e inaugurando la Segunda etapa de las nuevas instalaciones.
Del Colegio podría escribir muchas cosas, escribir de los amigos y recordar esas vivencias que durante esos años fueron parte de una etapa altamente productiva y activa dentro de nuestras vidas, escribir la historia de grandes hombres Aguadeños que entre sus aulas comenzaron una educación que los llevó a darle brillo a la educación Aguadeña en el país, pero eso requeriría un gran libro que sin lugar a dudas, algún día tendremos que escribir.

lunes, 27 de abril de 2009