martes, 30 de junio de 2009

HOMENAJE A DON LUIS CARLOS RODAS

CANCION DE CUNA

Duérmete mi niño
como el leoncito
que alegre se duerme,
cuando se ha comido
el lindo cabrito.

No llores y duerme,
que mamá, si puede,
te trae, aunque sea,
poquitos de leche del niño que cuida.

Duérmete tranquilo,
no sueñes mi niño
con cosas muy grandes...,
que al pobre le tocan
las sobras de sueños.

Oscar Eduardo López Estrada (En Amoristmos)

Diario La Patria, junio de 2009.
La muerte por hambre del anciano Luis Carlos Rodas, de 89 años, en Pácora, es una muestra de la insensibilidad de algunos, principalmente en la función oficial, frente a la realidad de las dolencias de quienes tienen derecho a que el Estado los proteja y atienda debidamente. La víctima de esta negligencia padecía a consecuencia de incapacidades para vivir sin ayuda. Y murió de hambre. En su pueblo eran conocidas sus limitaciones pero el Estado no hizo lo necesario para garantizarle tratamiento médico que paliara su sufrimiento. Una historia que el tiempo calificará principalmente en condiciones médicas desatendidas. Valdría una reflexión general, es decir entre autoridades y ciudadanía, para prevenir hechos tan penosos como este.