En el pueblo,
los sueños silenciosos se movían
en medio
de las campanadas
de una iglesia
que servían de mañana,
de medio día
y de madrugada.
los sueños silenciosos se movían
en medio
de las campanadas
de una iglesia
que servían de mañana,
de medio día
y de madrugada.
Tocaban las campanas
a la misa
y sonaban,
cuando un alma se moría.
a la misa
y sonaban,
cuando un alma se moría.
Eran la señal que yo sentía
cuando de hablar de vida
presentía.
Y tañían a las seis de la mañana
y al ányelus
y a medio día.
Y sonaban
y sonaban...
y sonaban...
Noche y día
y escondían
mis ganas de quererte
y escondían
mis ganas de quererte
en el tan tan de su melancolía.
OSCAR EDUARDO LOPEZ ESTRADA. Baladas para despertar el alma.
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